EN BRAZOS

La culpa de todo la ha tenido un chico de diez meses que es tan grande como yo y con el que me he encontrado en la farmacia en la que me han pesado. La madre decía que ese chico se pasaba el día colgado de sus brazos, que gritando y gritando conseguía que le tuvieran todo el día ahí. Y me he preguntado ¿y si hago yo lo mismo?.
Y bueno, hoy ha funcionado, pero no estoy seguro de que esto pueda hacerlo todos los días. Además no todos los días apetece estar todo el día colgado a una altura imposible para mí.
Y ahí estoy, con cara de bueno, seis segundos antes de que me ponga a gritar como un loco porque me han dejado sentado en el carrito de paseo.
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