CONTRA EL FRÍO... CONTRA TODO

Con este frío, no me sacan tanto a la calle. Me ponen ropa y más ropa y más ropa. Hasta el baño, ese momento impagable del día, se convierte en algo atroz porque cuando salgo del agua calentita está el frío, ahí, esperándome para congelarme. Con el frío el día transcurre más despacio aunque el sol desaparece antes. Odio el frío. Me dice mi padre que si viviéramos en Finlandia lo pasaríamos peor, porque en invierno apenas sale el sol y siempre hace frío. No sé, pero eso no me consuela. Allá los finlandeses con su frío, yo vivo en Málaga, un oasis de calor y sol y debería hacer siempre buen tiempo. ¿O no? Para esto, si llego a saber esto, les obligo a nacer en otra ciudad o en otro país. En el Gabón, por ejemplo. O en el Congo. Sitios en los que siempre hace calor y hay sol, mucho sol.
Y ahí estoy, abrigadísimo y protestón.
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