
El mejor refugio para la lluvia es un bar. En los bares, la gente es amable, se acerca a mi mesa y me saluda y se alegra de verme tan grande. Es curioso porque no tengo conciencia de haber visto a todos estos señores y señoras hasta hoy, así que tampoco sé el porqué de tanta alegría. Debe ser el ambiente de los bares.
Hay veces que me enfado mucho y sólo es porque las mesas son demasiado altas y no puedo ver nada. Hoy ha pasado eso, por eso estoy ahí sentado, en el muslo de mi padre. Y afuera llueve y hace frío.
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